REMAR vs ROSALES, NIÑOS COMO MONEDA DE CAMBIO

Tras meses abandonada la polémica de Remar en Rosales, hoy la fiera se ha vuelto a despertar.

Pongo en antecedentes a los desconocedores de la situación, Rosales es un barrio de Zaragoza donde el Ayuntamiento cedió "la última parcela pública" a Remar, organización religiosa de reinserción social. La gente protestó porque querían ludotecas y cuando iban a ser las elecciones les dijeron que ya no ponían a Remar. Pasaron las elecciones y ya contados los votos de los vecinos les dijeron que volvía Remar.

Hoy, veía con cara triste el parte cuando veo que han vuelto a montar una manifestación para protestar. Pero eso es lo de menos, ¿qué aparecían en las imágenes?

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Cientos de niños, abundantes en el barrio, usados como imagen para enternecer los corazones de los políticos. Niños utilizados por unos padres que dormirán bien pensando que hacen lo mejor para sus hijos sin pensar en los hijos de los demás. Niños usados como balas hacia los corazones de gente que no tuvo la suerte de nacer en el lugar correcto, niños usados como balas hacia ese exdrogadicto que iba a pasar la tarde del sábado cantando gospel en el barrio o hacia ese otro que trabaja de lunes a viernes barnizando muebles viejos.

Niños cuyos padres venden su imagen y no dudan en azuzarlos delante de las cámaras para que pongan caras tristes, para que lloren porque los inviernos son fríos, pero no olviden señores padres que hay niños más tristes aún cuyos padres llevan chaqueta de cuero, pantalón de chandal y zapatos y que necesitan ayuda.

¿Por qué no al lado de mi casa? Alegan muchos con la intención de echarle la mierda a otro.

Señores, porque al lado de mi casa se drogan, dejen por lo menos que al lado de la suya se curen. Bajo la fachada de padres modelo solo se esconden los mismos prejuicios que tenemos todos.