domingo, 3 de octubre de 2010

JAVIER, DE PROFESIÓN AVENTURERO

Y tal y como prometí ayer, hoy he empredido una marcha hacia lo desconocido, hacia el más allá, a tierras jamás pisadas antes por ningún ser humano, terrenos tomados por los señores de la guerra, por criaturas que están más allá del conocimiento humano, monstruos oscuros que pueblan las pesadillas de los niños. Hoy he ido al Monasterio de Rueda.

El Monasterio de Rueda, qué decir de él, uno de mis sueños de la infancia. Una muy cuidada estructura donde te cobran por entrar, por lo que los pobres como yo sólo nos podemos conformar con verla desde fuera. Tiene un molino y está muy cuidado. En los exteriores del Monasterio se encuentran dos sendas que te llevan a los pies del Ebro, en una puedes ver un azud y en la otra a un mirador sobre el Ebro.

El Monasterio fuente de mis deseos
Lo más cerca que estuve de la puesta hasta que vi venta de tickets
Agua pasada no mueve molino
 Aunque aquí si que giraba
La fotografía es uno de mis fuertes, la fontanería el otro
 Mira que azud, y en Zaragoza costó millones

Y como todo buen voyeur, por no gastarse tres euros me he subido al alto de una cima y tras una violenta lucha con el mítico abobinable hombre de las nieves, he fotografiado el Monasterio desde allí. Me ha dado por culo pero he hecho la foto

Y esta es solo una pequeña parte de las aventuras que me ha deparado el quitarme el pijama un domingo. Muchas más aventuras he tenido, como el asalto a un fortín para liberar a una princesa o el conjuro que me han hecho para entrar en un viejo castillo abandonado, pero esas son otras historias.

Ahora ya puedo morir tranquilo

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