A escasos kilómetros de Barbastro, rodeado por angostos valles y escarpadas montañas, se levanta una localidad de todos conocida por sus longanizas y que al turista le presenta unas agradables vistas.
Destaca desde la lejanía la basílica de la Virgen de la Peña. Edificio del que si queréis más información podéis meteros en google y sino ver esta fantástica instantánea que he hecho.
Estando a sus pies, he oído una llamada que decía... ¡Ven a verme! ¡Sube, estoy aquí arriba! Un poco asustado porque con la nueva medicación se me habían ido lo de oír voces, me he vuelto buscando la causa de los gritos. Allá a lo lejos, me ha parecido ver a un señor que me braceaba.
-¿Es a mi, galán?
-Si Javier, soy Dios que me he mudado desde Fuentes a Graus para poder hablar contigo. Sube.
-Voy
Y he empezado a subir, pasando por el fantástico claustro de la basílica
Para después subir y subir dejando la basíica cada vez más abajo
Y cuando ya parecía que estaba llegando, he seguido subiendo
Y más y más, y el corazón se me salía del pecho y he empezado a espectorar
Y no había nadie cerca y empezaba a tener un dolor en el pecho y nunca llegaba al final
Y ya llevaba una sudada como un caballo cuando he llegado a mi meta, a sus pies, y aprovecho para volver a poner el fantástico collage que hice y le hablé como pude, jadeante
-Aquí estoy Señor, ante ti, exhausto, fatigado y creyendo que no podré bajar
-¡A qué jode subir pa' na, pardillo!
-Veste a la mierda, cabrón
Y entonces me he asomado a la barandilla y he mirado las fantásticas panorámicas
He bajado casi a cuatro patas al recuperar el aliento y ni he visto la plaza Mayor ni más gaitas. Para casa. Si deseáis ver más cosas, a internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMO CRITIQUES TE CAPO. MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO SABRÉ QUIEN ERES