Si, amigos, ayer tuve una erección, pero esa no es la noticia en si, porque todos los días tengo varias dado mi vigor y juventud. La noticia es que ayer fue una erección provocada por otra persona, y lo podéis llamar como queráis, erección, que me empalmé, que me puse burro o q el elefante soltó la trompa, da igual, pero fue así.
Estaba yo sentado tranquilamente en la terraza de un bar cualquiera del otro lado del arco y hablando tranquilamente con un amigo. De repente, noto como una mano suave, dulce y delicada empieza a atusar mis cabellos. No sé como descubrió que me encanta que me toquen el pelo¡Qué sensación! Un escalofrío recorre todo mi cuerpo y como acto reflejo me encojo de hombros sin oponer ninguna resistencia y dejando que esa mano anónima siguiera acariciando mi pelo.
Inquieto por saber quien estaba levantando sensaciones que hacía tiempo no sentía, me volví. Y allí estaba ella, con su pelo moreno, sus ojos brillantes, su sonrisa inocente. Allí estaba la mujer de mis sueños, mi diva, mi icono sexual. Me miró, le miré y entonces noté como algo dentro de mi intentaba ver la luz. Qué mujer dios mío, ya estoy deseando que sea martes para volverla a ver.
Y así fue como provocaron un aluvión de sentimientos en mi interior, y en el interior de alguno que se corroerá de envidia al saber que he sido manoseado por esas manos. Para que luego digan que no tengo sentimientos o que no tengo sangre. Tengo sentimientos hasta en el pelo, que por cierto, no me falta.
Guillermo, los dardos bien, 2-5. Yo jugué como nunca y perdí como siempre
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COMO CRITIQUES TE CAPO. MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO SABRÉ QUIEN ERES