VICTORIA O MUERTE

Cuando me hice socio de nuestro Real Zaragoza había dos partidos que llamaban extremadamente mi atención, Zaragoza-Huesca y Zaragoza-Tenerife. El primero cayó para el puente de la Inmaculada y el otro me cae justo en la fiesta mas señalada para mi. Cuestión de suerte, diría yo...

Dos Zaragoza-Tenerife he visto ya, del último hace 15 años, y me fui tan humillado y tan triste que ya no volví más al fútbol. Pero ahora que se me habían curado las heridas de aquel encuentro y estaba dispuesto a ir para animaros y para apoyaros en todo. No estaré físicamente con vosotros, pero sabéis que siempre estaréis en mi corazón.

Jugadores, me da igual que lloren los niños o que se corten las digestiones, hay que amargar la semana a una ciudad entera. Aunque sea de vida o muerte para alguno, que se muera. Y sufriremos castigos arbitrales, como en el partido de ida, pero nosotros somos un equipo vencedor; y cuando marquéis el gol de la victoria y señaleis a donde estoy sentado yo, pensar que ahí hay un niño que estará llorando, pero de alegría.

Victoria o muerte