Últimamente he oído muchos comentarios diciéndome que me fuera de casa o preguntándome por qué no me iba a vivir solo. Hasta estos últimos días incluso yo me lo preguntaba y veía un futuro idílico viviendo solo en una casa, pero hay muchas cosas que nadie me ha comentado y de las que me estoy dando cuenta.
Claro que si, que no hace falta que vayas con la ropa al cuarto de baño cada vez que te vas a duchar, puedes ir en pelotas y volver, seleccionar tus mejores prendas, puedes hacer incluso el elefante delante del espejo, pero... ¿a quién le pides ayuda cuando se te acaba el champú? A nadie, procedes a salir sin caerte y lo buscas por el armario, si lo hay.
También puedes usar tu vivienda como picadero, no es mi caso dada mi intensa actividad sexual. Pero para que alguien se atreva a entrar sin que se quede pegado la limpieza es muy importante. Y nunca se acaba, limpias la cocina y tienes los baños sucios, barres y tienes un dedo de polvo por toda la casa, friegas y tienes los espejos llenos de churretones. Es una tarea que no tiene fin.
Otro hablar es la comida, o te pones todos los días como un quico, o se te empiezan a pasar las cosas en la nevera. La dieta, variada, siempre comiendo lo mismo porque nunca coges la medida de los materiales y lo que no vas a hacer es tirar la comida. ¿Y quién se acuerda de lo que falta? Nadie
Pero por lo que realmente escribo esta historia es por el siguiente hecho. Acudes a casa a las 18.30 de la tarde con muy mal cuerpo, te sientas en la taza del water con unas prisas enormes, haces lo que tienes que hacer, tu papel. Ups, papel... pues si no hay. Acostumbrado como estás a gritar que alguien te acerque papel, exclamas... ¡PAPELLLLL! y lo único que oyes es otra oleada de mierda que arrecia. Con un sudor frío de enfermo crónico y un escozor molesto, te incorporas y vas a buscar un rollito de papel al armario. Uis, pues si aquí no hay. Vas a otro armario, ¡cáspita! si aquí tampoco. Revuelves toda la casa con ansias, sintiéndote cada vez más nervioso.
Rendido y aceptando la cruda realidad, te sientas suspirando por tu mala suerte sin acordarte de que aún llevas el culo sin limpiar. Te vistes y bajas con la cabeza gacha al supermercado. Compras tu papel pero ya es demasiado tarde, sólo una ducha ya salvará la higiene de tu esfínter anal.
Así que digan lo que digan, para lo que follo y para lo que cago, VIVO DE PUTA MADRE CON MIS PADRES
Por cierto, ¿es tuyo este texto?
ResponderEliminarSi, primero lo publico aquí y cuando me aburro pongo alguno por internet.
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