Apasionante la noche vivida ayer. Como si de un cuento de hadas se tratase, tuve la oportunidad de compartir velada con varios de mis ídolos favoritos, eso si, como un buen galán que soy no los molesté y dejé que se movieran a sus anchas sin pedirles un autógrafo. Contaré como pasó.
Empecé la velada con Míster X hablando de esa nueva tercera persona que hace que nuestra relación se esté distanciando, su amigo el cuchillero de la calle Unceta. Pero tras ir al baño por cuarta vez, a lo que volví ya no estaba. ¡Qué cabrón! pensé yo, pero me di cuenta de que en su lugar se hallaba el mítico Devon Miles. Muchos de vosotros os preguntaréis quien es ese señor. Si no sabes quien es solo te puedo decir una cosa, inculto.
El señor Devon Miles es el jefe de Michael Knight, el protagonista de "el coche fantástico", aquel que antes de que Devon lo reclutara para la Fundación para la ley y el orden, se llamaba Michael Long y que lucha contra el mal junto a su coche.
Estuvimos hablando de nuestras cosas, de su futuro, del trabajo que está muy mal, que si no encuentra sitio para aparcar el camión, que si Michael Knight está muy dejado que ahora quiere ser socorrista... Cuando de repente, pasan ante mis ojos pasaron Blanch Deveró y Dorothy Svornak. No lo podía creer, dos de las componentes de las chicas de oro iban a cenar a mi lado. Creía que Blanch había muerto y que ya solo quedaba Rous Nailan, de Senolaf(Minessota) pero no es así. Han hecho con ellas lo mismo que con Elvis. Dijeron que estaban muertas para que no las acosaran los fans.
Ya no podía más de la emoción, y con gran educación me acerqué a Dorothy y le pregunté por su madre, Sofía Petrilo de la cercana Sicilia(Italia). Desde aquí tranquilizar a los fans, su madre aunque mayor se encuentra perfectamente en un balneario en Paracuellos de Jiloca. De allí según me dijeron no saldrá ya hasta que se muera que espero que sea dentro de muchos años.
Tras pedirme Moe(el camarero) que dejara tranquilas a las mujeres, nada más lejos de mi intención el molestarlas, seguí hablando con mi amigo Devon Miles. Pasaron los minutos cuando, agarraos a la silla, a mi lado y pidiendo una cerveza tenía a Christopher Reeve. Si amigos, no es una invención, el mítico superman estaba ahí, a mi lado, en fase periodista, codo con codo. Lo miré de arriba a abajo, me froté los ojos, busqué algo de Kriptonita por los bolsillos para gastarle una broma pero no tenía.
No me podía aguantar, me acerqué a él y le pregunté por su caída del caballo, por su parálisis, por si llevaba los calzoncillos debajo de los pantalones o los traía en una bolsa para cuando entraba en fase superhéroe. Amigos, Superman no ha muerto, está entre nosotros. Ansioso por saber más cosas, le pregunté por su novia, por sus nuevos proyectos y cuando estaba despistado, le tiré de los calzoncillos hacia arriba para ver si eran rojos.
No le sentó muy bien porque luego me quería pegar, y a Moe tampoco porque me echó del bar. Pero la noche ya había merecido la pena. En una noche había estado con Debon, dos chicas de oro y con Superman.¿Quién se lo quería perder?
Ahora ya solo me falta pasar un día con Richard Chamberlain, protagonista del pájaro espino, y con Donovan de V para morirme
tranquilo
