EL PORTADOR DEL ANILLO ESTÁ ENTRE NOSOTROS

Hoy, 6 de noviembre de 2010, es un día grande para España. El representante de Dios en la tierra, el portador del anillo, el que gobierna con voz inquebrantable el futuro de la Santa Madre Iglesia, ha venido en gran cruzada a nuestro país, a liberarnos de la sombra que se cierne sobre nosotros. No hermanos, no nos librará de Zapatero, pero aliviará nuestras mentes de esa sombra de ateísmo y de consumismo que nos impide ver la luz.

Y ante las voces críticas que siempre las hay, que si nos cuesta mucho dinero, que si España es un país laico o que si la Santa Madre Iglesia es pedófila, yo respondo por ellos.

Nos cuesta dinero la visita, claro que si, pero no más del que nos cuesta mantener a una familia de borbones en palacio, no más del que nos cuesta cuando viene George W. Bush o cualquier otro presidente o rey de otro país. Las visitas de Estado tienen estas cosas, tampoco olvidemos que alguno estará haciendo su agosto y, aunque sea ateo, estará bien contento con su visita vendiendo estampitas de Benedicto XVI.

Respecto al laicismo del Estado, mentira. España es un país católico, director de cruzadas en tierra santa, siempre del lado del bien, del Vaticano. Acaso no celebramos la Navidad con fervor, acaso en semana santa trabajamos porque no creemos. No, aquí se es católico cuando conviene y sino se es ateo que es lo "moderno".

Y referente al último tema, tras escuchar en la radio que debían prohibir a los curas acercarse a los niños, un estremecimiento recorrió mi cuerpo. Que las faltas de tres o cuatro no manchen la reputación de toda una institución de siglos. Claro que han pecado, pero que a la vez no se nos olvide de los orfanatos, residencias y demás centros sociales que mantienen, eso si, gracias al dinero que les doy al marcar la casilla en la renta.

Ahora tú, ateo, si no quieres al papa, apaga la tele.