No hago sino escribir de ser un parásito aprovechándote del éxito de los demás para beneficio propio cuando descubro, gracias a mis conocimientos de internet con nivel avanzado, que alguien ha plagiado una de mis historias.
El "caballero", en un acto de buena fe, por lo menos ha dicho que no es suya la historia poniendo un enlace hacia mi página, pero se ha permitido el lujo de aportar sus comentarios chistosos y socarrones. Sin comentar el hecho de que dice que mi blog es curioso... cosa que me la tomaré como un cumplido.
¿En qué país vivimos? ¿En la España de la pandereta y de la fiesta? ¿Esto es lo que nos ha enseñado la vida, a ser parásitos? ¿Dónde está la Sociedad General de Autores para defender mis derechos? ¿O es que sólo se limitan a cobrar? ¡Dios, qué fácil es aprovecharse de los incautos que comparten su riqueza intelectual con los demás!
Yo, en un acto de misericordia y de amor al prójimo, le perdono porque quizás yo alguna vez haya hecho lo mismo, pero como bien sabe aquel que me drogó, nunca dormirás tranquilo.
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