QUIZÁS UNA DE LAS HORAS MÁS AMARGAS DE MI VIDA

Hoy empezaba el día como otro cualquiera, no llevaba idea de que pasaran grandes cosas, ni buenas ni malas, pero una serie de acotecimientos me han puesto en una situación de nervios totalmente inusual en mi.

Eran las diez de la mañana y yo pasaba la mañana como mejor podía, mirando la carpeta, leyendo por enésima vez el mismo folio, cotilleando por internet... cuando de repente he oído una voz que me llamaba.
Al momento, veloz y ágil cual pantera negra, he ido al encuentro de aquella voz. La pregunta que me ha hecho me ha dejado totalmente transtornado.

-¿Tú estás seguro de qué tienes que estar aquí?
-¿Ein?
-Es que sólo tienes pedido con nosotros hasta el 31 de Agosto.
-Uis, pero si a mi nadie me ha dicho nada...-He comentado yo con cara de bueno

En seguida, otra voz ha acudido en mi ayuda diciendo que igual había otro pedido por ahí con más plazo. Lo hemos buscado... pero no había. Todos y cada uno de los pedidos de los que yo dependo caducaban el 31 de Agosto. A continuación, esa voz amiga que me había ayudado ha dicho que iba a hacer unas llamadas para ver cual era mi situación pero nadie le ha cogido el teléfono cosa que me ha relajado un poco, pero lo que me ha puesto nuevamente en tensión ha sido su siguiente pregunta:

-Y si te devolvemos... ¿tienes faena con tu empresa?

He agachado la cabeza y he empezado a recoger las cosas entre los chistes del resto de la oficina. ¿Qué iba a ser de mi? ¿Dónde va un Vicepresidente Ejecutivo en estos tiempos de crisis? ¿Había sitio para un busines manager en España, país de vagos y maleantes? Sin responder, sabía todas las respuestas.

Tras media hora poniendo al día todo ante mi rápida ausencia, dando vueltas al tema y lamentándome por mi mala suerte, como si Dios hubiera escuchado no mis plegarias, sino mis blasfemias, ha llegado un correo electrónico. Con una sonrisa en la boca, la voz amiga se ha acercado a mi y me ha dicho... Javier, han alargado tu pedido hasta el 31 de Diciembre.

!Que placer, que gozo, que alegría!

El Vicepresidente Ejecutivo de mi empresa sigue en el tajo

Como agradecimiento, dos horas después se ha perdido un papel que supuestamente yo había dejado en una mesa, pero... ¿lo había dejado? Ya no me acuerdo, pero tampoco me importa