ADIOS AL COMUNISMO - BIENVENIDO AL CONSUMISMO

Durante años, la gente me ha tildado siempre de ser una persona fascista, ultraderechista, intolerante, xenófoba y radical, pero la gente a veces se equivoca. Quizás alguna vez me haya dejado llevar por las masas y haya criticado la democracia, pero a veces me caliento y digo cosas que es mejor no decir en público. Nada más lejos de la realidad, yo no soy fascista, aquí donde me tenéis llevo practicando el comunismo desde que nací.

Tengo treinta años, y si me fuera ahora mismo de mi casa no podría llevarme nada porque nada tengo. No tengo casa, no tengo coche, no tengo ni una cámara de fotos, todos los celulares que he tenido han sido de segunda mano excepto el que tengo ahora que me lo regaló mi hermana. No tengo ni un contrato con nadie, ni siquiera de teléfono porque aún voy con tarjetas prepago, ni un triste seguro de decesos. No pago nunca con tarjeta porque va en contra de mis principios, los únicos movimientos que veo en mi cuenta corriente son los que hago con el cajero. He llegado a pagar en los bares con poesía o con bellas servilletas de papel decoradas y mi sueño es vender pulseras en el puente de los gitanos.

Pero hoy, todos estos ideales que amueblan mi cabeza se han venido abajo. Hoy he firmado mi primer contrato... para toda la vida. A partir de ahora, voy a tener un gasto fijo tenga o no tenga dinero. Hoy dejo el comunismo para pasar a ser como vosotros, consumistas con la única finalidad de tener dinero para pagar el piso. Se acabó trabajar por placer, ahora lo haré por dinero.

Triste futuro el mío, pero todo sea por el progreso.

Adjunto foto de donde gasto ahora mi dinero