Tres veces había estado haciendo fila para entrar en ese bar y tres veces me habían invitado a desalojar el establecimiento. En una de esas ocasiones, llegué incluso a pagar la entrada y cuando iba a abrir la puerta me dijeron... anda chaval, toma tus diez euros y vete. En otra de esas ocasiones me vieron que estaba haciendo fila y un señor de seguridad, muy amable él, me dijo que no me merecía hacer cola porque no iba a entrar. En la última de las ocasiones, simplemente me invitaron a no entrar.
Pero este fin de semana volví a intentarlo. Yo no confiaba en que me dejaran entrar, porque no doy el perfil. La seguridad cuando ven gente igual de cuadrada que ellos tiembla, y te suelen cerrar las puertas.
Eso sí, para poder entrar me tuve que hacer pasar por policía nacional y falsificar mis datos.
Y al final, entré y no me gustó, pero eso... es otra historia
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