Llevo treinta largos años de mi vida intentando encontrarle otra utilidad a los senos que la de servir para mis tocamientos impuros. Treinta años buscando algo por lo que sean tan famosos, y hoy, al final, lo he encontrado.
Desde la más tierna infancia venimos unidos a este ente, desde que nos amamantamos. Luego en la pubertad y en la adolescencia, están todo el día hablando de ellos, es tema favorito tanto de alumnos como de algunos maestros. Llega uno a la Universidad y te cansas de verlos, y estás deseando poder usarlos, tenerlos en tus manos, para lo que sea, para tu disfrute, para salir de un apuro, pero nunca ves el día.
Y hoy, treinta años después, lo he podido utilizar. Paso a relatar los hechos:
Me encontraba yo en mi obra, cuando de repente, al asomarme a la zanja, observo como hay dos codos de 90º de los cuales desconozco sus grados de inclinación vertical, tal y como represento en el croquis.
Solo y desamparado, me noto un poco aturdido al no poder sacar los grados, pero entonces, una voz me susurró algo al oído. Tras pedirle por favor que me repitiera, me pareció oir a Pitágoras decirme que sabía la solución, pero que estaba dentro de mi cabeza.
Engranando otra vez todo aquello que aprendí en el PREU, pienso...
Si sé que el codo de arriba está a 1.60m de profundidad, y el de abajo a 2.00m, y sabiendo como sé que el carrete de en medio mide 3.15m.,
Si el seno es igual al cateto opuesto partido por la hipotenusa, no tengo más que sacar el arcoseno de 0.4/3.15
Dando como resultado la fantástica cifra de 7.2 grados.
Ya sabéis jóvenes, nunca sabes cuando vas a tener que usarlo, pero viene bien tenerlo siempre fresco en la mente.
¡¡¡Vivan los senos!!!
Te explicas como un sordomudo manco. Cateto.
ResponderEliminarQuizás mi vocabulario técnico te abruma. Ya te lo explicaré en persona
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