Ellas, cuando salen de compras, gastan días y días en mirar cosas, se prueban veinte veces los mismos pantalones, se recorren las mismas tiendas tres y cuatro veces, todo les hace más gordas, nada les conjunta bien, a todo le ponen pegas. Tras quince días zozobrando por centros comerciales, acuden a casa con una camiseta a buen precio. Sonriente, tienes que decir que le queda estupendo y que ha sido una muy buena compra.
Yo, cuando salgo de compras, compro lo que me tengo que comprar en el día, si encuentro algo que me gusta a la primera en la primera tienda a la que voy me lo compro y no busco más. Y vuelvo a casa igual de orgulloso que ellas con mis fantásticas compras. Sin embargo, cuando yo llego a casa exultante por haberme comprado unas zapatillas por 20 euros, no me recibe una sonrisa, sino una ristra de comentarios de mal gusto. Que si soy un tacaño, un ruin, un miserable, que si para que quiero tanto dinero si no me lo gasto, que si necesito a alguien que me guíe en esta vida. Después de estos comentarios, les enseño mi compra. No les gusta.
He comprado más rápido, más barato y sin complicaciones, pura envidia lo que me gastan.
Eso de la foto es tio o tia?
ResponderEliminarYo lo puse como tía... menos mal que no he tenido pensamientos impuros
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