Y vas hundido por la vida, pero de repente, miras a tu amigo y dices... si yo llevo mal día, lo que tiene que aguantar el tío. Y sientes entre pena y alegría por él y por ti, pero su mal sirve para que tú salgas del hoyo.
Adjunto fotos de lo que le pasó:
Gracias Guillermo por hacerme la vida más fácil.
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ResponderEliminarMenos lobos que no vais los primeros
ResponderEliminarTe has ganado un ramito de violetas, como siempre.
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