martes, 2 de marzo de 2010

CAMBIANDO LA BOMBILLA DE UN FIAT PUNTO. DOS SEMANAS DESPUES

Dos semanas habían pasado desde que me puse por última vez a intentar cambiar la famosa bombilla delantera izquierda de mi vehículo a motor. Dos semanas durante las cuales, había recopilado mucha información gracias a decenas de personas con sus comentarios, con sus cartas, en las cuales me decían básicamente lo que yo ya sabía que había que hacer, pero no me decían como.

Sabedor de mis limitaciones manuales, técnicas y electrónicas, durante este tiempo, no había ni siquiera abierto el capó para buscar la solución a mi problema. Era una pérdida de tiempo. Hasta el día de hoy, en el que aburrido en mi desidia he vuelto a abrir el capó.

Seguía todo igual, esa hojarasca tan bien equilibrada, el depósito del agua, la batería, el anticongelante, el motor y tantas otras cosas que sé que tienen que estar pero de las que desconozco su nombre y utilidad. Quité el tapón que da acceso al foco y lo miré. ¿Qué cables me dijeron que tenía que quitar? ¿Te dijeron de tirón o suavemente? ¿Era así la última vez? ¿Y el clip?

No recordaba la respuesta a mis preguntas, pero empecé a tocarlo todo con la suavidad de un médico en una operación de corazón. Para afuera y para adentro, probando todas las combinaciones posibles, hasta que, en un  afortunado movimiento, descubrí que había "algo" que retenía la bombilla. ¡¡¡Lo toqué y se aflojó!!! La bombilla estaba ya casi suelta. Nervioso, miré a los lados esperando ver la complicidad de una mirada, pero estaba solo. Tenía que sacarla como fuera. Probé y probé, solo le faltaba un pelín para salir y tenerla en mi mano, y en un giro de muñeca mágico la tuve dominada.

Ahora solo faltaba sacar la bombilla del cabezal, acto que demostrando una gran frialdad, realicé en menos de tres minutos, y sin fumar. La bombilla fundida estaba en mi mano, esa mala pécora que tanto sufrimiento me había dado, y ahora iba a ser destruida bajo mi pie castigador.

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