lunes, 15 de febrero de 2010
¿CASUALIDAD O MARGINACIÓN?
Hoy, como todos los días, volvía a casa después de una ardua jornada laboral a base de fotocopias y cafés. Entro en casa, esperando como siempre ver a mi abuelo viendo la televisión en el sillón como un marqués. Me ha extrañado un poco que no estuviera, pero he pensado que estaría dándose una vuelta por la calle. Tras la llegada de mis padres he preguntado por él.
-Padre, madre, ¿dónde está el abuelo?
-Bueno Javier... el abuelo se ha ido unos días a casa de mi hermana- Ha respondido mi madre con voz un poco dubitativa
-Pero si no sabía nada
-Se nos ha ocurrido tanto a él como a nosotros hace un rato y ya se ha ido.
-Esto... ¿no tendrá nada que ver con mi "problema", verdad?
-¡Anda considera, que vaya tontadas tienes!
Es triste decirlo, pero creo que me están repudiando en mi propia casa, como si fuera un tuberculoso cuando lo único que tengo son hongos en la piel.
Por mucho que nos intenten marginar, un tiñoso puede dar alegría a tu vida. Ayúdale, ayúdate, pon un tiñoso en tu mesa.
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Uyuyuyuy, mañana te dirán que porque no llevas guantes en casa con el frió que hace...
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