Mañana, tras mes y medio de dudas, es el gran día. A la puesta de sol, cuando el frío empiece a llenar las calles, estaré en la inhóspita sala de espera de un centro de salud para que me miren lo "mío".
Estoy nervioso, no se lo he dicho a nadie, no sé que puede ser ni si será contagioso. La doctora Pilar, que no sé quien es, atenderá mis penas. Espero que no sea joven y que me dedique más de dos minutos, porque los médicos jóvenes... ya se sabe.
Mañana o tal vez pasado, os comentaré los resultados de mi visita. Por lo pronto, tiemblo.
No entiendo esta juventud, os invaden con información, os dicen que toméis precauciones, pero nada vosotros viva la pepa.
ResponderEliminarSe me está extendiendo...
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